SEXO TÁNTRICO
El Tantra, en su origen, busca equilibrar las energías y aspectos a menudo contradictorios del individuo, para que este pueda crecer y expandirse. Sabemos de estas enseñanzas originarias de Oriente por los textos encontrados entre la India y el Pakistán datados entre los siglos V y IV a.C.
El Tantra nace como contracorriente a las ideas de los sacerdotes hindúes o brahamanes, quienes sostenían que para comprender el sentido puro de la vida, era necesario dejar de un lado el placer corporal y la práctica sexual. Los tantristas, grandes conocedores de la meditación yoga (de ahí la meditación Tantra-Yoga), concebían el cuerpo como un “templo sagrado” el cual se debe cuidar y prestar atención, ya no solo en el aspecto físico, sino también a nivel emocional y espiritual. La práctica del sexo tántrico se fundamenta en la historia de la mitología hindú.
Cuenta la fábula que la pareja de divinidades formada por Shakti y Shiva (principios femenino y masculino en harmonía con el cosmos) crearon el Universo a través de su unión en una cópula y una danza entre sus cuerpos. Así pues, el origen del mundo se entiende según la filosofía Hindú como un acto amoroso y erótico, que se podía repetir a menor escala en el seno íntimo de la pareja. A nivel superior, la unión entre Shiva y Shakti era una fusión inseparable de dos principios trascendentes. Las prácticas sexuales, entendida casi como práctica meditativa, permite alcanzar esta conjunción inseparable capaz de dar conciencia al sentido la existencia.
En la actualidad, se considera el Tantra es el camino de la autorrealización personal. Es un proceso en el cual el hombre puede cortar con las contradicciones de su mente y todo lo que le esclaviza para lograr el equilibrio entre cuerpo y mente y alcanzar el placer puro. El Tantra no es una creencia o una fe, sino un modo de entender la vida. El tantrik o practicante del Tantra fusiona la energía y el conocimiento a través de las técnicas meditativas.
Reconciliémonos con nuestro cuerpo y nuestra sexualidad. Desde hace siglos estamos sometidos a una moral que nos reprime la sexualidad como algo impuro. Incluso pensamos en nosotros mismos como algo dual: nuestra alma “pura” se contradice con nuestro cuerpo “impuro”. Una lucha mantenida de generación en generación que conlleva la represión del placer, los instintos, la comunicación sincera con uno mismo y con los demás. Una represión que deja a la mujer, creadora de vida, en segundo plano.
Frente a ello, existe otra tradición, mucho más antigua, que se ha mantenido viva en la India: el Tantra. Donde la unión de uno mismo, con la naturaleza, donde las pasiones son reconocidas y forman parte de del todo, del universo. El sexo es algo sagrado que nos lleva a la unidad con el universo, el éxtasis. Lo espiritual ya forma parte de nosotros. El sexo es el origen de la vida y el Tantra rinde culto a la mujer. Nos liberamos de límites conceptuales. El aprendizaje en el Tantra es vida. El placer es conocimiento y nuestro cuerpo es el camino.
LOS CINCO NIVELES PREVIOS AL SEXO.
Conocidos también como Los 5 niveles de Maithuna, se tratan de pasos a seguir para realizar una relación sexual basada en el tantra, para eso la velocidad y el vigor no cuentan, sino que la preparación y los juegos previos son lo más importante, pavimentando el suelo para una experiencia extra sensorial llena de placer y amor.
El primer de los niveles es llamado “Nivel Mental del Sexo Tántrico” y se basa principalmente en el deseo y la pasión. Se busca la recepción por parte de ambas partes, teniendo una conexión y química única, lo que asegura el disfrute y la confianza para entregarse completamente a la otra persona. Luego viene el “Nivel de la Mirada en el Sexo Tántrico”, el cual, como dice su nombre tiene su poder en la mirada. Mantener un contacto visual durante el juego previo o durante el coito aumenta exponencialmente el placer que sienten los participantes.
Una vez dominados esos dos factores, entramos al tercer nivel, el de la voz, conocido como “Nivel de la Palabra en el Sexo Tántrico” y funda sus cimientos en el modo de hablar, el tono, las palabras y cómo lo hacemos. El silencio es bueno pero no ayuda en este tipo de relaciones, ya que las palabras son un vehículo para la confianza y para poder expandir la excitación, soltando las fantasías y jugando con distintas frases que despiertan en el otro la lúdica sexual.
El cuarto nivel se le llama “Nivel de la Caricia en el Sexo Tántrico”, donde predomina el tacto entre las personas, usando la caricia como una forma de expresión máxima. No solo se intercambia calor corporal, sino que las energías fluyen de manera más orgánica, activando todos los sentidos del cuerpo. Con una pareja estable las caricias son la mejor manera de excitarse mutuamente, siempre y cuando se conozcan sus puntos de reacción y sepan de qué manera acariciar.
Por último tenemos el “Nivel del Beso en el Sexo Tántrico”, donde el primer contacto en las zonas delicadas despierta la pasión en la pareja. Los labios al encontrarse generan más saliva, y ese contacto suave libera y suelta los cuerpos. Los besos pueden ir acompañados de pequeñas mordidas para estimular zonas especificas, y creando un recorrido alrededor del cuerpo de la persona genera un flujo energético que desemboca en su miembro genital, el cual al ser estimulado con besos, al ser la parte más sensible, crea el paso previo de la penetración.
MAPAS ERÓTICOS, GUÍA PASO A PASO.
El cuerpo humano es el canal por el que circula la energía, el encuentro sexual es el momento en que esa energía es estimulada. La energía sexual se activa cuando las diferentes zonas del cuerpo son estimuladas adecuadamente, llevando a la pareja a experimentar nuevas sensaciones de placer.
El sexo es mucho más que la genitalidad y es importante saber cómo y dónde estimular las diferentes zonas eróticas (erógenas) del cuerpo. Los mapas eróticos establecen justamente una guía para identificar fácilmente estas zonas.
– Orejas: La zona detrás de la oreja, el lóbulo y la cavidad del pabellón auricular son muy sensibles a la estimulación.
– Pechos: Los pechos son una de las principales zonas eróticas en la mujer. Las áreas más sensibles son el pezón y la aureola. Incluso mediante una buena estimulación se puede alcanzar un orgasmo del Punto P.
– Cintura: Esta zona resulta ser muy sensible al tacto; una suave presión sobre esta área puede resultar muy excitante.
– Pubis: Un masaje de pubis es una técnica magnifica para estimular esta zona erótica e incrementar la excitación.
– Clítoris: La zona erótica número uno del cuerpo femenino. La estimulación del clítoris debe ser delicada y gentil. Se sugiere dejar en último lugar esta zona para así disfrutar de la estimulación de zonas secundarias.
– Boca: Los labios y la lengua no solo son zonas altamente sensibles y por lo tanto eróticas sino que son instrumentos para brindar placer a la pareja.
– Cuello: Esta zona cuanta con piel delgada y múltiples terminaciones nerviosas que lo convierte en una zona erótica por excelencia tanto en hombres como mujeres.
– Tetillas: Las tetillas en muchos hombres son zonas eróticas muy sensibles casi al mismo nivel que los pezones de la mujer. Es importante hablar abiertamente con la pareja sobre si prefiere o no la estimulación en esta zona.
– Pene: El pene es la zona erótica masculina por excelencia, lleno de terminaciones nerviosas, su estimulación produce gran placer y excitación.
– Testículos: Loa testículos son una zona erótica muy importante para muchos hombres, quienes disfrutan de estimulación manual u oral en esta área.
– Perineo: El perineo es la zona ubicada entre el pene y el ano y es un área muy sensible debido al gran número de terminaciones nerviosas que allí se encuentran.
– Muslos: La parte interna de los muslos es muy sensible tanto en hombres como en mujeres por lo tanto se puede estimular manual u oralmente.
Fuente doctor-alberto
SEXO TÁNTRICO
Reviewed by Anónimo
on
septiembre 10, 2016
Rating:

Post a Comment