MALENA, UNA MUJER DE FUEGO - CAPÍTULO I
El Comienzo de la Historia Era adolescente,
cuando una travesura mía inició un torbellino sensual que no pude detener.
Estudiaba la secundaria en una escuela católica. El nuevo profesor de la clase
de religión era un sacerdote joven guapísimo. A todas las chicas de la escuela
nos hacía suspirar, parecía un actor de cine. Su nombre era Padre Miguel y
acababa de llegar de España para ayudar al viejo padre del pueblo. Mis dos
traviesas amigas y yo nos sentábamos adelante en primera fila en la clase de
religión y nos arremangábamos la falda para ponerlo nervioso durante la clase.
Yo era una adolescente con cuerpo de Mujer. A mis amigas casi ni las miraba
pero a mí no dejaba de mirarme de reojo. Yo me desabrochaba la blusa y le
mostraba parte de mis senos de mujer. El Padre Miguel pasaba su vista por
ellos, después me veía a los ojos y me hacía ruborizar. Después, mis amigas y
yo reíamos pícaramente en silencio porque él estaba parado frente a nosotras y
tenía que sentarse detrás de su escritorio para cubrirse la erección. Yo estaba
enamorada de él, me gustaba demasiado. Cada vez que le crecía su miembro frente
mío, sentía un escozor entre mis piernas que no lo podía reprimir. Llego un día
domingo donde todas las estudiantes hacíamos fila para confesarnos con el Padre
Miguel. Yo no tenía ni novio pero quería excitar al Padre Miguel. Padre Miguel:
Ave María Purísima Malena: Sin Pecado Concebida. Padre Miguel: Cuéntame tu
pecado Malena: Me gusta que usted me vea los senos en clase. Padre Miguel: No
lo puedo evitar, te prohíbo que te desabroches la blusa. Que más tienes que
confesar? Malena: Me gusta que mi novio me meta la mano entre mis piernas Padre
Miguel: Que me dices chiquilla malcriada. Malena: Y también que me toque las tetas.
Padre Miguel: Chiquilla del demonio no me digas estas cosas Malena: Si padre me
besa con lengua mientras me agarra la nalga. Padre Miguel: Te doy de penitencia
tres padrenuestros y diez ave marías. Malena: Pero el escozor entre las piernas
como lo calmo? Padre Miguel: Callate!!. Malena: Pero usted no deja de mirarme
las piernas. ¿No le gusto? Padre Miguel: Satanás convertido en mujer cálmate.
Te arremangas la falda y te veo el calzón rojo que te pones para perturbarme!!!
Malena: Me vio el calzón rojo?. Qué vergüenza! Eso fue hace dos semanas. Era
lunes en la mañana y la directora de la escuela hizo llamar a mi Padre viudo
para contarle lo que mis amigas y yo estábamos haciendo con el chismoso del
padre. Estúpido cura, me moría de rabia por lo hipócrita que se estaba
portando. Todo el tiempo en la clase no dejaba de mirarme las piernas y los
senos sin descaro y ahora me estaba haciendo pasar la vergüenza de mi vida
delante de toda la escuela. El día sábado salí a dar un paseo con mis amigas y
en la calle un chico se agarró el pene y me dijo si lo quería, me consideraban
una cualquiera en este pueblo por culpa de este maldito cura. Me moría de
vergüenza y pedí que mi Padre me mandara a terminar de estudiar a la capital.
“Desgraciado padre Miguel, por culpa de el tuve que dejar a mis amigas y mi
pueblo. Cura hipócrita, cuando era el que me comía con los ojos”. No se lo iba
a perdonar nunca. Me pare en la puerta de la Iglesia, quería entrar a decirle
lo que se merecía, pero no lo hice, mejor hice mis maletas y me fui
desilusionada según yo para siempre……. Pasaron tres años, comencé a estudiar en
la universidad y me ofrecieron una beca en Estados Unidos. Regrese a mi pueblo
a visitar a mi Padre y hermana antes de irme. Fuimos a misa del domingo y el
padre principal no era otro que el Padre Miguel. Me temblaron las piernas,
todos fueron a comulgar menos yo………….Me daba rabia el cura hipócrita……..Se veía
más maduro y estaba más……. guapo que antes……..
FIN
Mañana publicamos el CAPÍTULO II
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MALENA, UNA MUJER DE FUEGO - CAPÍTULO I
Reviewed by Anónimo
on
julio 31, 2016
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Me encantó! No puedo esperar a ver que pasó despues!!!
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