Inseguridades y complejos en la cama
Al practicar el sexo, nuestro cuerpo
se deja llevar por la pasión del momento pero muchas veces la cabeza nos puede
traicionar en la cama y convertir la experiencia en una menos placentera. Las inseguridades
y los complejosnos impiden disfrutar plenamente del sexo y que éste se
convierta en algo incómodo e incluso traumático.
Debemos saber que las inseguridades
y complejos en la cama más comunes se deben a motivos psicológicos,
baja autoestima o falta de comunicación con la pareja, y que las más graves
pueden ser tratadas y superadas.
Repasamos algunas de las inseguridades
y complejos en la cama más habituales para hombres y mujeres:
- Eyaculación
precoz: Es uno de los problemas sexuales más
comunes entre los hombres pero son pocos los que recurren a ayuda
profesional para solucionarlo. El estrés, el alcohol, las drogas, la
depresión o la poca práctica de sexo pueden ocasionar este trastorno que
puede solucionarse con terapias, fármacos o anestésicos locales.
- Comparaciones
con los ex: Muchas veces, sobre todo al comenzar una
relación de pareja, los ex están presentes en esta. A veces pueden
producirse celos al escuchar un comentario acerca de ellos o si se hace
alguna comparación. En ocasiones somos nosotros mismos los que nos comparamos
con ellos surgiendo inseguridades. Éstas pueden trasladarse a la cama en
aquellas personas con menos autoestima y amor propio. Por tanto, como las
comparaciones son odiosas y cada persona y pareja son únicas, no debemos
comparar a nuestra pareja con un ex, ni mucho menos, hacerlo nosotros
mismos.
- Orgasmos
fingidos: Muchas veces el sexo femenino bromea con su
posibilidad de fingir los orgasmos. Un estudio demostró que lo hacen para
evitar herir al hombre, dañar su virilidad y evitar inseguridades. Esto
puede convertirse en un problema en el sexo cuando el hombre sospecha que
la mujer finge sus orgasmos o ella se ve habitualmente obligada a hacerlo
porque no puede llegar al clímax durante el acto sexual. Se trata
especialmente de un problema de comunicación en la pareja.
- Dolor
de cabeza: Al igual que con el orgasmo femenino, hay
quienes dudan de que la excusa del dolor de cabeza para no practicar sexo
sea real y es sólo una forma de evitarlo por falta de deseo o interés.
Como en el caso anterior, el “dolorido” puede recurrir a la excusa por
miedo a herir a su pareja al confesarle que no tiene apetito sexual. En
casos puntuales la sinceridad y la comprensión es vital pero si es más que
habitual conviene recurrir a especialistas.
- Aspecto
físico: El miedo al desnudo por inseguridades
físicas como el sobrepeso, las cicatrices, el tamaño del pene o de los
senos es uno de los mayores complejos a la hora de practicar seco. En
muchas ocasiones este complejo es fruto de factores psicológicos sin
necesidad de que el pene o los pechos sean objetivamente pequeños.
- Timidez: Hay quienes son tímidos en todos los aspectos de su vida u otros
que lo son únicamente en la cama. A veces esa timidez les impide disfrutar
del sexo por miedo a que su pareja les pida hacer algo para lo que no
están preparados, les mire durante el acto o por lo que puedan pensar de
ellos.
- Miedo a
ser objeto sexual: Mucha gente busca en
el sexo una complicidad con otra persona, el sentirse amado, el cariño,
etcétera por encima o igual que el placer sexual. A veces la inseguridad
de que la otra persona sólo quiere satisfacer esto último (o únicamente su
propio placer) puede llevar a alguien a sentirse incompleto después de una
relación sexual y no disfrutarla.
- Falta
de experiencia o malas experiencias previas: La falta de experiencia o acostarse con una persona más experimentada
genera inseguridades a la hora de tener relaciones sexuales por miedo a no
estar a la altura. También los traumas ocasionados por malas experiencias
pasadas pueden afectar a las presentes por temor a que se repitan.
- No
satisfacer los gustos de la pareja:
Llegar a un entendimiento en la cama puede surgir rápidamente de forma
natural o requerir tiempo. Lo que está claro es que entre personas con
gustos sexuales más diferentes la cosa fluye con menos naturalidad y uno o
ambos tiende ceder para adaptarse al otro. No querer o poder satisfacer
los gustos de la pareja puede convertirse en un quebradero de cabeza para
muchos.
Para afrontar estas inseguridades y
complejos en la cama es recomendable mantener relaciones sexuales
sanas y sin presiones, tener confianza y buena comunicación con la pareja,
evitar la monotonía sexual, no obsesionarse con el problema, tratar de mejorar
nuestro autoestima o recurrir a especialistas si supone un problema o
presentamos síntomas de depresión, estrés, ansiedad…

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