RELATO: MALENA - CAPÍTULO XVIII
Se Llamaba Renzo
Esta
vez me sentía victoriosa, sabía que había perturbado al Padre Miguel al maximo,
pero me
dio
remordimiento y decidí ir a hacer mi última confesión, esta vez sería la última,
ahora si
palabra
de Malena:
Decidí
premiarlo y ponerme más sexy que nunca y también ir a la Iglesia en una hora
donde no
haya
nadie, quería confesarme en una banca para que el Padre goce viendo mis piernas
y que se
regocije
viendo mis senos por última vez. Me gusto que me vea desde la primera vez que
lo
hizo
cuando tenía 15 años.
Malena
sale de la casa, con una minifalda alta negra apretada haciendo relucir su
formidable
trasero,
sus piernas se veían perfectas con tacones altos del mismo color de la falda.
Una blusa
color
caramelo delineaban sus senos en todo su esplendor. La medalla de la virgen
colgando del
collar
de oro, llegaban exactamente a la unión de sus senos, formando un cuadro perfecto
de la
belleza
del busto de una mujer.
El
chofer está listo para llevarla pero ella le quita la llave y se sube al carro
y maneja hacia el
pueblo.
Malena entra a la Iglesia y busca un rincón donde sentarse. Cruza las piernas,
se le veía
hermosa.
El Padre Miguel recorre los pasillos de la Iglesia desesperado, casi
balbuceando,
cuando
sus ojos se fijan en el rincón de la Iglesia donde se encuentra Malena: Parecía que le
crecían
los ojos al sacerdote.
El
Padre Miguel fue a su encuentro y sus ojos no sabían que ver primero, las
exuberantes
piernas
o los turgentes senos. Se sentó al lado de ella viendo para abajo y gozando al
ver sus
hermosas
piernas en esa minifalda alta que le hacía respirar más rápido.
Padre Miguel: hummm. Ahhhnn Ave María Purísima
Malena: Sin Pecado Concebida
Padre Miguel: Cuéntame tu experiencia con dos hombres. Cómo pudiste llegar a
eso?
El
padre Miguel cruzaba un brazo y apoyaba el otro para cubrirse la cien y los
ojos y de esa
forma
poder contemplar con lujuria el cuerpo voluptuoso de Malena: El delicioso perfume de
Malena
mezclado con su olor de mujer, le hacían palpitar más rápido el corazón al
Padre
Miguel,
movía los dedos como desesperado.
Padre Miguel: Me gusta el aroma de tu perfume, me pone nervioso. Ya confiesa
que quiero
acabar
con esta pesadilla lujuriosa.
Malena: Juan Manuel es el hombre ideal, me acaricia con cada palabra que
me dice, solo vive
para
hacerme feliz. Me tiene dominada sexualmente, él me puede hacer todo lo que
quiera, soy
su
mujer y a mí me gusta todo lo que me hace.
Padre Miguel: Degenerado aprovecharse de una flor como tú. ¿Porque él?
Malena: Me conto que tenía una novia que le mordía el pene con los
músculos vaginales. Con la
ayuda
de Isabel, practiqué para poder hacerle más rico y que nunca piense en esa vieja
jamás.
Padre Miguel: Practicar con la vagina, ni que fuera un deporte por Dios
Santo!!! Pero por lo que
me
has contado ya eres una experta. Desdichado, tiene toda la suerte del mundo,
pero su
desdicha
será el infierno.
Malena: Déjeme contarle todo antes de irme.
Malena: Estábamos una noche en la cama después de ver una película
italiana donde dos
hombres
le hacen el amor a una mujer. Los italianos eran guapísimos. Me excite mucho y
le
pregunte
que sentirá una mujer al hacer el amor con dos hombres. Juan Manuel me había
confesado,
que él lo había hecho con dos mujeres.
Padre Miguel: Maldito, lo sabía, lo sabía, ese es un perro lujurioso, y que te
contestó?
Juan
Manuel: Es rico mi amor y un día te lo voy a complacer.
Malena: No mi amor, yo solo quiero tu pene.
Padre Miguel: Este es el hijo de Satanás.
Malena: Pasaron dos semanas y me llamó por teléfono y me dijo que me
tenía una sorpresa, que
me
pusiera linda, iba a venir a cenar con un amigo italiano que se llamaba Renzo.
Me pidió que
pasara por el Deli y
que comprara comida.
Me
fui a comprar un vestido bonito para hacerle quedar bien a mi hombre. El
vestido era
purpura
y me quedaba divino, apretado a mi cuerpo. Pase por Deli favorito y pedí comida
para
tres
personas.
Lo
espere linda y perfumada como siempre, estaba poniendo la mesa cuando Juan
Manuel
entro
a la casa, me abrazó, besó y me apretó una nalga.
Padre Miguel: Eres una pérdida, te pusiste más bonita porque iba a venir otro
hombre.
Malena: Padre Miguel le cuento o no?
Padre Miguel: Continua.
Juan
Manuel: Hola amorcito
Malena: Hola mi Rey y Renzo?
Juan
Manuel: No pudo venir pero más tarde nos visita, guardale su comida, yo estoy
de hambre
Malena: Yo también mi amor me muero de hambre.
Serví
la para los tres y a la cena del amigo le puse una cubierta para cuando
llegara. Juan
Manuel
destapó una botella de vino y cenamos, riéndonos, hablando de cómo nos fue en
el día
y
gozando cada uno de la experiencia del otro. Estoy tan enamorada que gozo
viéndole
inclusive
cuando come, lo admiro, lo amo.
Después
de comer, pusimos música, tomamos más vino y el alcohol me llego a la cabeza
como
no
lo había hecho hace tiempo Bailamos como dos enamorados y me puse cachonda al
sentir su
pene
erecto. Le agarre su pene y estaba duro como una roca.
Malena: Amorcito, vamos a la cama, quiero que me cojas, tu pene es mi
vicio..
Juan
Manuel: Tengo una sorpresa, esta noche vas a ser cogida como nunca te han
cogido jamás.
Malena: Eso quiero mi vida, que rico, hazlo por favor
Padre Miguel: Sexo, Alcohol, lujuria perversión. Así de caliente y borracha
que hiciste cuando
vino
el amigo? Cuéntame eso.!!! Eres Mesalina encarnada!!
Malena: Me llevó de la mano a la alcoba, nos paramos al borde de la
cama, me besó
agarrándome
el cabello con las dos manos, me besaba tocando con su lengua todo dentro de mi
boca.
Me desnudo en un segundo, mi vestido cayó al piso, luego mi brassiere y mi
calzón.
Me
levantó con sus brazos fuertes y me hecho en la cama de espaldas. Amarró mi
mano
izquierda
a la cama para una soga corta para que no tenga movimiento, me amarro la mano
derecha
con una soga un poco más larga para que tenga restricciones pero pueda tener la
libertad
de acariciarlo. Me encantaba la fantasía. Aunque no sabía de qué se trataba,
todo lo que
él
me hace es rico.
Estaba
desnuda y amarrada, Juan Manuel en frente a mí se comenzaba a desnudar, paso a
paso,
hasta
quedar desnudo, su miembro erecto parecía que apuntada a mi vagina, yo retorcía
mis
piernas
como una hembra queriendo ser cruzada por su macho.
Juan
Manuel vino hacia mí, me beso el ombligo y sentir su barba rozar mis vellos,
eran
sensaciones
jamás experimentadas. Me abrió los muslos y sentí que me dio un beso francés en
mi
vulva que me hizo sacudir la cabeza, su lengua lentamente iba tocando todas las
paredes
vaginales
y cada lamida era un sensación que me hacía retorcer en la cama. La restricción
de mi
brazo
me permitía acariciarle el pelo.
Malena: Quee riccoooo, sigue que rico, te amo soy tuya, soy tu esclava.
Siento que me partes los
labios
de mi vagina con tu lengua.. que rico, que dura esta tu lengua.. ahí, ahí esta
rico no dejes
de
hacerlo, cógeme con tu lengua mia amooooor, chúpame el clítoris. Ahhhh.
AhMhOhR. Me
sentía
borracha de alcohol y placer.
Malena: Amor que ricooo. Ahora quiero que me metas tu verga amor, méteme
esa cosota tan
rica,
te lo ruego, quiero tu pene, papito.
Juan
Manuel se levantó y me dijo que íbamos a jugar un juego donde todo era a
oscuras, los dos
podíamos
cumplir nuestras fantasías y pensar en cualquier persona que le guste o le
atraiga, por
eso
en la oscuridad no podríamos vernos las caras. Yo estaba borracha y perdida.
Malena: Lo que tú digas mi amor, yo juego lo que tu órdenes. Pero méteme
tu verga, me vas a
hacer
llorar para pedírtelo, me estas torturando, ya méteme, o suéltame para hacerlo
yo sola.
Cerró
las ventanas y apago las luces de toda la casa. Estaba oscuro y no podía ver
nada. Juan
Manuel
vino encima mío, puso mis piernas en sus hombros por momentos interminables
hasta
que
me penetró, gemí, grite de placer, me estaba mandando a las estrellas con cada
embestida.
Malena: awooooooooooohohaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaamasm más quiero más,
masssss…….
Estaba
entrando en una sensación orgásmica cuando sonó el teléfono.
Malena: No contestes por favor, noooooooo,nnooo, papito por favor.
Juan
Manuel agarro el teléfono y era su amigo Renzo que estaba afuera. Se puso una
bata y salió
a
abrirle la puerta. Sentí como se abría y cerraba la puerta de calle. Yo
amarrada con mi clítoris
palpitando
como si fuera mi corazón, cada segundo se hacía interminable. Se abrió la
puerta de
la
alcoba y realmente si no hubiera estado amarrada hubiera saltado encima de él y
lo hubiera
violado. Así me sentía
de caliente. Vino encima de mí de nuevo.
Malena: Donde está tu amigo
Juan
Manuel: Está comiendo, le dije que salíamos en media hora.
Encogí
mis piernas y me penetró de nuevo y no supe más de mí, yo solo recibía sus
embestidas
y
gritaba cada vez que lo hacía.
Juan
Manuel: shshhh Mi amigo nos está escuchando
Malena: Que vergüenza, sígueme cogiendo papitoooo.
Con
la mano izquierda podía acariciarle su cabeza y parte de su espalda, que rico
era poder
siquiera
tocarle. El me embestía con fuerza como nunca lo había hecho antes, sentía que
me
daba
más duro que nunca.
Juan
Manuel: Aquí está tu pinga mi amor, te gusta cómo te la meto y te destrozo
adentro?
Yo
me moría de gozo. Juan Manuel parecía un maquina programada para sacarla y
metérmela
hasta
hacérmela sentir bien adentro.
Malena: Si mi amorrr Papacitooo que rico vergaaa tienessss, que rico, me
vengo, mi amor
Juan
Manuel: Traje a mi amigo Renzo para que te cojamos entre los dos.
No
sabía si era fantasía o realidad, la cosa es que yo me venía y solo decía si a
todo.
Malena: Lo que tú quieras mi amor.
Juan
Manuel se levantó y llamo a su amigo: Renzo!! Ven a la alcoba!!!
Escuché
la puerta abrirse. De un momento a otras dos vergas calientes me comenzaron a
tocar
por
el cuerpo, yo solo alcanzaba a contornearme y ponerme de lado a pesar de estar
amarrada.
Sentir
dos vergas en mis nalgas, me hacían chorrear como si me estuviera viniendo.
Juan
Manuel me hacía acariciar su pene con mi mano semi-libre y me dijo que si
quería acariciar
la
verga de Renzo, le dije que sí, quería tocarla y chuparla, hasta este punto en
mi mente era una
fantasía
un juego para entregarme a mi hombre totalmente y sentirme poseída, amada. Esta
fantasía
ya me había dado un orgasmo.
Estire
la mano y se la toque era igual de gruesa como la de Juan Manuel, entro en mi
mano otra
verga
caliente, los podía tocar a los dos al mismo tiempo. Tocar dos penes era como
si me
hubiera
transporta a otro mundo de placer inexplicable, me gustaba tocarlos, los dos
estaban
duros
y calientes. Mi mano se regocijaba tocándolos a los dos al mismo tiempo. Mi
mente quería
gritar
y decir basta, pero mi cuerpo y yo queríamos seguir y acabar lo que había
comenzado.
Los
dos penes me acariciaron todo el cuerpo y yo solo decía: Que rico, Que rico, me
daba miedo
decir
un nombre. Estaba acariciando uno de los penes cuando sentí que me amarraron la
mano
derecha
para dejarla sin movimiento. Estaba amarrada totalmente para ser poseída por
dos
hombres
y yo quería que ya terminara todo. Parecía que mi clítoris palpitaba el doble
esperando
a
dos machos. Me sentía amarrada, dominada a la merced de dos hombres y quería
que me
cogieran.
Padre Miguel: Esto es Sodoma y Gomorra (Demás palabras en Latín) Par de
desgraciados, vais
a
consumar una villanía.
Malena: Una villanía rica, yo quería a los dos,
Padre Miguel: Eres una zorra, eso es lo que eres y yo voy a sacar lo zorra de
ti. Continua, quien
te
fornicó primero?
Malena: No sé, alguien me lamia la vagina y otro me pasaba su verga por
todo mi cuerpo, sentí
que
me vine pero yo quería que un pene me penetrara. Me sentía la mujer más
ardiente del
mundo.
Malena: Ya por favor mi amor, Juan Manuel ya cójanme. Ya no puedo más,
quiero Verga.
Encogí
mis piernas para recibirlos, uno de ellos se acercó y me toco, le ofrecía mi
vagina como
una
perrita en celo, se me pego, yo levante todo lo que pude mis piernas y las
descanse en sus
hombros,
me penetro y me hablo en italiano, me retorcí de placer cuando me la metió
toda.
Estaba
delirando, me hizo venir en un minuto. Después Juan Manuel me penetro y me hizo
contornearme
de nuevo, yo amo a este hombre me dije a mi misma, perdóname por gozar a otro
pene,
mi amor, gozaba y sollozaba dentro de mi. . Juan Manuel me hizo el amor como
nunca, y
yo
me venía de nuevo.
El
otro pene me tocaba los senos, el estómago, mi cara, mis nalgas, yo me movía
como loca con
la
otra verga adentro, estaban destrozando mi poca resistencia.
Malena: Que rico mi amor, sigue asii mi vida, ya me vengoooo, sigue
Juan
Manuel: Quieres chuparle a Renzo?
Malena: Lo que tu digas mi amorrr.. hahah
Padre Miguel: Eres una zorra hipócrita!! Tu querías hacerlo
Malena: Si, si no quería nada más en ese momento.
Sentí
una verga grande caliente rica entrar a mi boca y la chupe con todas mis
fuerzas, era
demasiado
gruesa para mi boca. Juan Manuel no dejaba de hundirme su falo, llevándome a un
clímax
diferente como de otro mundo. Me vine gimiendo quería gritar de placer pero
tenía la
verga
de Renzo en mi boca. Gemí haciéndoles saber que me gustaba como me estaban
cogiendo. Solté todos
mis músculos, por otra primera vez, estaba teniendo un orgasmo
diferente,
esta vez sí me sentí dominada totalmente. Si hubiera habido otro hombre también
lo
hubiera
aceptado. Yo estaba amarrada teniendo la mejor cogida de mi vida.
Acabe
extenuada, me desataron de la cama, sentía la puerta de calle abrirse y dos
hombres
despedirse.
Me levante y cambie las sabanas, me vine mucho, parecía que los tres nos
hubiéramos
orinado. Me metí a la regadera por diez minutos, me senté en el piso, el agua
de la
regadera
me lavaba las lágrimas Salí del baño y me acosté en la cama, dándole la
espalda. Juan
Manuel
me abrazo y me dijo en el oído:
Juan
Manuel: Estas triste mi amor?
Malena: Si, no quiero que nadie más me coja nunca, solo tú, perdóname
por ser tan mujer, por
Dios
santo, dejé que me cogiera tu amigo.
Juan
Manuel: Amorcito, estabas amarrada y déjame presentarte a Renzo
Abrió
una caja del armario y me presento a Renzo. Una verga de un material de fibra
de vidrio
que
parecía un miembro erecto y perfecto. Amo tanto a Juan Manuel que tengo su pene
grabado
en
mi mente, se hasta sus lunares. Juan Manuel tiene el pene más rico del Universo
pero tocar
este
pene era increíble. Le había costado más de 300 dólares y era una belleza.
Juan
Manuel: Creerías que dejaría que un hombre le meta verga mi mujer. A lo que más
quiero
en
el mundo?
Malena: Pero porque estaba caliente cuando me cogieron?
Me
respondí a mí misma había un bote de agua caliente. Le di una cachetada por
haberme
hecho
sentir culpable.
Malena: Estúpido!! Me tardé en el baño porque estaba llorando.
Juan
Manuel: Amorcito perdóname, ahora si hice un buen show, sí o no mi vida?
Malena: Si mi amor, te dolió la cachetada? Perdóname te di muy fuerte.
Vamos a tomar algo
helado
del refrigerador.
Juan
Manuel: Primero déjame guardar a Renzo en mi caja fuerte, no quiero que un día
me
engañes
con mi propia creación. Renzo te puede coger cuando quieras mientras yo estaba
presente.
Nos
besamos, reímos y caminamos abrazados hacia la cocina. Cuando pasamos por el
comedor,
me
fijé en la mesa y el plato de su amigo estaba vacío, me puse pálida señalando
al plato.
Padre Miguel: Vaya pues, el muy cobarde si trajo otro hombre, lo sabía.
Señorita Malena, ese
día
la fornicaron dos hombres. Cómo se siente al haber perdido el respeto consigo
misma,
señorita
zorra.
Malena: Déjeme contarle, lo que dijo Juan Manuel.
Juan
Manuel: Amorcito para hacer el juego más interesante, tire la comida a la
basura.
Le
tire un puñetazo en su nariz.
Juan
Manuale: Auch, este si me dolió,
Me
fije en la basura y ahí estaba la comida, lo besé de alegría. Le dejé el ojo
morado y se lo cure
con
carne cruda y besos.
Padre Miguel: Pervertidos, degenerados los dos. Ya sabía que ese cobarde no
iba a tener los
testículos
de traer otro hombre, pobre diablo.
Malena: Esa es mi vida con Juan Manuel, nos amamos y como usted ya vio,
soy vulnerable con
él
porque sé que nunca me hará daño. Yo daría mi vida por él.
Padre Miguel: Que lindo mientras ustedes están en sus juegos cochinos, uno
está que arde. Yo
también
soy de carne y hueso. Ya me canse de escucharte, de hablar del tal Juan Manuel.
Ese
hombre
no es suficiente para matar esa sed de hombre que tienes por dentro……..
Padre Miguel: Ven mañana a la casa parroquial, te voy a dar un libro que te va
a quitar lo
golosa.
Malena: Yo no quiero dejar de ser golosa, me gusta ser así, así
complazco a Juan Manuel.
Padre Miguel: Es también para tu espíritu, ven mañana. Estaré en la casa
parroquial después de
las
cuatro de la tarde. Ponte el mismo perfume.
Malena: Ya no me queda tiempo libre pero si puedo paso por ahí o si no
mando al chofer a
recoger
el libro.
Padre Miguel: No quiero que vengas tú. Necesitas lo que te voy a dar, confía
en mí.
RELATO: MALENA - CAPÍTULO XVIII
Reviewed by Anónimo
on
agosto 20, 2016
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