Relato: Malena - CAPÍTULO XVII
Fuck Your Brains Out
Me
escondí en mis pensamientos, me daba rabia el Padre Migue porque se burlaba del
amor
que
Juan Manuel me tenía. Era de noche me metí en la cama y me masturbe pensando en
Juan
Manuel.
Al legar al Clímax sentía como si me vengara del Padre Miguel
Juan
Manuel nunca dejo llamarme mientras estaba en el pueblo y hacerme sentir amada.
Pero el
contarle
al Padre Miguel mi intimidad, me causaba una clase diferente de furor. Me daba
el
sentimiento
de estar atrapada entre dos hombres.
Necesitaba
ir por última vez a interpretar lo que sentía e irme para siempre. Esto que
estaba
sintiendo
me daba miedo y también quería restregarle en la cara al decirle que me había
masturbado
pensando en Juan Manuel.
Malena
se levanta temprano, se baña y perfuma. Se pone un vestido rosado toma desayuno
con
su
padre y se disculpa para ir al pueblo de compras. Entra a la Iglesia y el Padre
Miguel parece
que
la hubiera estado esperando porque le sale al encuentro.
Padre Miguel: Estaba esperando que vinieras.
Malena: Como sabía que ibas a venir.
Padre Miguel: No te iras del pueblo sin confesármelo TODO!!!!.
Hay
gente rezando en la Iglesia y el Padre Miguel se dirige apresurado al
confesionario, Malena
trata
de caminar más apurada, parece que los dos están deseosos por la confesión. El
Padre
Miguel
ya ni pregunta lo que hacen los curas en el confesionario. Él va de frente al
grano.
Padre Miguel: Cuéntame que más te hizo ese pervertido.
Malena: Anoche me masturbe pensando en Juan Manuel y tuve un rico
orgasmo.
Padre Miguel: No quiero saber de tus masturbadas, seguro que si me cuentas las
veces que te
has
masturbado no acabamos nunca.
Malena: Si está enojado, me voy.
Juan
Manuel: No, continúa por favor.
Malena: Torturé sexualmente a Juan Manuel.
Padre Miguel: Queee? Ahora con sadomasoquismo?
Malena: No, es algo rico para el hombre, algo lo vuelve loco de placer.
Es tortura rica.
Padre Miguel: De qué demonios estás hablando. Perdón, perdón, de que estas
hablando.
Malena: Juan Manuel es un amante fogoso, tierno, sus travesuras sexuales
son riquísimas y no
solo
es sexo con lo que me llena totalmente, sino también con el cariño con que me
trata, me hace sentir amada, quiero pasar el resto de mi vida con él. Yo
también lo hago sentirse amado.
Hago
lo que todo hombre necesita fuera y dentro de la cama. Un día fuimos de paseo y
le pedí
que
me comprara una flor y me compro todo el quiosco, las flores no cabían en su
camioneta. La
mujer
de las flores se quedó feliz con la venta y me dijo: Señorita, a este su hombre
le brillan los
ojos
cada vez que la mira. .
Padre Miguel: Bahh, ridículo. Al grano !! Quiero los detalles de tu fornicadas
con ese
desdichado.
Malena: No me deja hablar! Si no me deja hablar me VOY!!!............
Así
como el me hace feliz sexualmente yo también cada día veo la forma de hacer por
él lo que
nadie
le haría. Por eso tengo la ayuda de mi amiga Isabel.
Padre Miguel: Tu profesora: Isabel, la prostituta.
Malena: No, mi mejor amiga, doy gracias a Dios por habérmela hallado.
Juan Manuel está
encantado
con todo lo que aprendo de ella.
Padre Miguel: Válgame Dios! Un pervertido, una prostituta de profesora y una
golosa, el trio
perfecto.
Continua quiero saber a qué profundidad has caído.
Malena: Isabel me enseño como hacerle el amor a un hombre hasta sacarle
los sesos.
Padre Miguel: Ahum, coff coff. Malena de que estás hablando, estás jugando
conmigo? No te
atrevas!!!
Malena: Cálmese Padre, es en sentido figurado, en Ingles se dice “Fuck
your brains out” que
significa:
“Cogerte hasta sacarte los sesos”
Padre Miguel: Ya termina de contar, me estoy impacientando, espero que no
estés jugando
conmigo.
Chiquilla Golosa.
Malena: Chiquilla Golosa? Acuérdese que usted es un sacerdote.
Déjeme
contarle: Lo cite para tomar almuerzo en su hora de descanso en el trabajo. Era
otoño y
hacia
un poco de frio, yo tenía puesto un abrigo y botas negras. Me llevó a un
restaurante
italiano
y me ofreció quitarme el abrigo pero hacia frio. Comimos pasta con un vaso de
vino.
Después
de comer, nos paramos, y le dije al oído:
Malena: Papacito te voy a coger hasta sacarle los sesos con lo que traía
dentro de mi abrigo.
Su
cara de niño mostraba que le encantaba la idea.
Me
pare dando las espaldas al resto del restaurante de manera que solo él podía
verme de
frente,
me abrí el abrigo con las dos manos y estaba desnuda, Juan Manuel abrió los
ojos, movió
la
cabeza, sonrió y me abrazo por dentro del abrigo. Sentir sus manos calientes
recorrer mi
espalda
y nalgas frías era una delicia excitante.
Me
besó con pasión, sentía su lengua con hambre de mí. Me dijo al oído mientras me
apretaba
una
nalga:
Juan
Manuel: Eres una loca traviesa, rozar tu piel con mis manos me enciende, ya no
aguanto
amor,
hazlo ahora sácame los sesos. Hazme lo que quieras con ese cuerpo, no puedo
aguantar
hasta
la noche. Me cubrió, abotonó el abrigo y me beso en la frente. Salimos del
lugar agarrados
de
la mano mostrándole nuestro amor a todo el que nos veía pasar.
Padre Miguel: En eso estoy de acuerdo con el pervertido, eres una trastornada,
ocurrir asistir
desnuda
a un restaurante. Yo te daría unas nalgadas para quitarte lo maniática.
Malena: Si estoy loca, pero de amor y Juan Manuel participa de todo lo
que yo quiera
Padre Miguel: Como no va a estar de acuerdo en participar si es otro
pervertido sexual. Ya
continua.
Qué pasó después.
Juan
Manuel llamó a su oficina y tomó la tarde libre, nos fuimos a un hotel porque
la casa
estaba
lejos. Entramos al cuarto y me comenzó a besar y me llevo a la cama desesperado
por
poseerme.
Juan
Manuel: Amorcito, hazme lo que me dijiste por favor, cumple tu promesa.
Malena: Te voy a coger hasta sacarte los sesos pero tú vas a hacer lo
que yo diga.
Juan
Manuel: Si mi amor soy tu esclavo, todo lo que tú digas, chiquita, pero ya
cógeme.
Padre Miguel: Válgame Dios, ahora resulta que además de pervertido también es
goloso.
Malena: Una vez más me interrumpe y me voy.
Padre Miguel: No creo que lo hagas, necesitas contarme, pero ya continúa.
Le
saqueé el traje, la camisa y le besé el hombro, el cuello le mordisqueé los
pezones, le quité su
bóxer
y le hice sentar en la silla, su miembro estaba totalmente erecto. Me pare
delante de él y
me
quite el abrigo. Sus ojos recorrían mi cuerpo, se deleitaba viéndome con
lujuria y amor al
mismo
tiempo.
Malena: La orden es esta, mi amor: Me tienes que decir cada vez que te
estés por venir y no te
puedes
parar de la silla.
Juan
Manuel: Si chiquita preciosa, ya no me hagas sufrir, yo te hago caso.
Me
arrodille y lamí la parte del medio de sus testículos, me los metí uno por uno
a la boca y los
acaricie
con mi lengua. Le lamí desde la base de sus testículos hasta la punta de su
pene, mi lengua jugaba con la punta pero por debajo donde lo vuelve loco. Me
metí todo su miembro a
mi
boca y le chupe como nunca y como siempre, porque sigo mejorando en hacerlo
feliz.
Lo
sacaba de mi boca para admirarlo y jugar con su miembro. Lo masturbaba con las
dos
manos,
doblando las muñecas para darle más placer. Después continuaba chupándole, en
ese
momento
su pene era la paleta más rica para chupar y comer. Juan Manuel volteaba los
ojos de
placer.
Malena: Me encanta chuparte el pene mi amor, esta es mi delicia.
Juan
Manuel: Que rico lo haces mi vida, nadie me ha chupado como tu, te lo juro mi
amor.
Ahhy
que delica..
Padre Miguel: Desdichado, pervertido, goloso.
Le
chupaba y el gemía de placer, nuestros ojos se encontraban y él me decía: Te
amo, Malena, te
amo
mi amor. Que ricooooo, ahaooooooooooo. Yo no podía hablar pero se lo decía con
los ojos
y
con el amor y apetito con que le chupaba su pene.
Juan
Manuel: Mi amor me estannnn dando gannasss de venirmmeeeeee.
Deje
de chuparle y su miembro parecía con vida, se movía a los lados. Me senté en el
de lado,
mis
nalgas tocaban su miembro y yo estaba mojada de excitación, pero tenía que
continuar este
juego
de placer para mi amor. Agarramos nuestro aliento, hasta que se le pasara un
poco la
excitación.
Me
pare de espaldas a él y abrí mis piernas.
Juan
Manuel: Que rico culo tienes mi amor.
Me
senté en el y con mi mano guie su pene a mi vagina me fue entrando centímetro a
centímetro
hasta que su falo quedo enterrado dentro de mí, sentí su miembro rozarme las
paredes
de mi vulva y gemí de placer. Sus manos me acariciaban los hombros, mi espalda
y me
apretaba
las nalgas, abriéndomelas y haciendo me sentir rico. Yo me movía con frenesí y
tocaba
con
su pene esas partes de mi clítoris, que me hacen volver desquiciada de placer.
El
sonido de los dos gimiendo se mezclaban y producían un ruido de lujuria y
deseo.
Juan
Manuel: Uff, mi amor ahh, ya me vengo, ya me vengo.
Deje
de moverme para hacerle durar más mientras lo besaba con amor, le dije que no
se
moviera.
Juan
Manuel: Mi amor ya me vengo, porque tus besos me excitan y tu cosita me está
apretando
la
verga. Uufff ya no aguanto. El calor de tu cuerpo me va a hacer venir.
Me
puse de pie, esta vez su pene estaba a punto de explotar.
Malena: No todavía mi amor. Te quiero coger un poquito más, baby te amo.
Me
eche en la cama y me acaricie los senos, me metí dos dedos a mi vagina y
comencé a jugar
con
mi clítoris y después me los metí a mi boca, Juan Manuel muriéndose de lujuria
quería
levantarse
y penetrarme en la cama, pero se lo prohibí y volvió a sentarse.
Juan
Manuel: Quiero tu cosita mi amor, por favor. Me está doliendo la verga.
Le
ordené que respirara profundo por tres veces, y me pare frente a él, me jaló y
me hizo sentar
en
él, su pene se metió solo todo hasta el fondo haciendo me gritar. Mi vagina lo
apretaba y yo
me
lo metía y sacaba gimiendo loca de placer. Parecía que tenía una serpiente
dentro de mí.
El
me acariciaba las nalgas los senos, sus manos recorrían todo lo que sus brazos
le permitían
tocar.
Me chupaba un seno luego el otro, yo levantaba mi cabeza y la movía a los lados
de
placer.
Sus
manos me agarraban las dos nalgas y me jalaban hacia adentro, Puse mis manos en
la silla
para
apoyarme y mover mis caderas en un vaivén, metiéndomelo todo adentro después de
sacarlo
hasta la mitad, Sentirlo todo adentro eran segundos eternos de placer. Mis
senos sentían
el
calor de su cuerpo mientras me besaba detrás de la oreja y en mi cuello.
Después me metió su
lengua
a la boca y yo le correspondía con todo mi ser.
Me
entregué completamente a él y al mismo tiempo me sentí la dueña de todo, de la
situación,
de
su cuerpo, su mente, su pene.
Los
espejos del cuarto del hotel, reflejaban dos cuerpos entregándose el uno al
otro,
acariciándose.
Parecían un monumento al amor.
Juan
Manuel: Malena te amooooo, me vengooooooooahooooo. Te amo, te amoooooooooooo
Malena: Que rico pene mi amor…ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh, yo tambiennnnt te
ammmmmoo
Nos
vinimos al mismo tiempo, pero su venida fue explosiva, nunca lo había visto
venirse así
gritando
de placer, parecía otro hombre. Acabamos y yo no quería que me lo sacara,
quería
descansar
dos minutos así con el adentro.
Padre Miguel: Es una desfachatez lo que haces, eres la mejor alumna de una
prostituta.
Malena: Eso es coger a un hombre hasta sacarle los sesos. Juan Manuel es
diez años mayor que
yo
y me confesó que nadie le había hecho venir de esa manera, el orgasmo duro 45
minutos y
solo yo pude hacérselo.
Padre Miguel: Estoy indispuesto, muchacha perversa. Pero ven mañana a terminar
con tu
confesión,
Malena: Cual confesión?
Padre Miguel: Tu experiencia con dos hombres.
Malena: No me da pena, no creo que pueda contársela. Adiós Padre Miguel:
Padre Miguel: Ven una vez más, quiero saberlo todo.
Malena: Lo voy a pensar Padre, porque me da mucha vergüenza.

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