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MALENA - CAPÍTULO XIX
Pesadilla O Realidad



Llegó el día siguiente, dieron las dos de la tarde y Malena estaba nadando en la alberca de la
hacienda, tenía amigas de infancia de visita, quería relajarse y olvidarse de la cita con el Padre
Miguel: No quería ir. Escucharon música y comieron, Malena se sentía feliz de compartir
momentos con sus amigas.
Mis amigas se fueron y me sentía inquieta, no fui a recoger el libro que me prometió el Padre
Miguel: ¿De que tenía miedo? ¿De caer ante él? No, nada que ver, yo solo soy de Juan Manuel.
Eran las seis de la tarde pero todavía no oscurecía. Decidí ir a buscar el dichoso libro.
Se abre la puerta de la casa hacienda y sale Malena como una figura. Lleva puesto un vestido
negro pegado a su cuerpo que realza su pequeña cintura y sus curvilíneas nalgas. La cadena de
oro blanco que cuelga de su cuello sostiene la medalla de La Virgen de Guadalupe, que
descansa en sus bellos senos.
Sus ojos inquietos y su bello rostro están más lindos que nunca. Sus parpados están pintados de
azul verduzco y sus largas pestañas están pintadas a perfección con máscara. Su labios están
finamente pintados con un brillo rojo carmesí, tiene las uñas largas de la mano pintadas de rojo
brillante que hacen lucir el anillo de diamante de compromiso.
Los tacos altos rojos ayudan a la belleza de sus piernas que comienzan 10 centímetros encima de
la rodilla. Tiene las uñas de los pies pintadas del mismo color. Su cartera roja grande completa
su impecable manera de vestir.
Le pide las llaves al chofer, ella decide manejar sola al pueblo.
Pedrito, el viejo chofer de la casa la ve con cariño. Él la vio nacer y crecer, la quiere mucho. Le
alcanza las llaves con cara de preocupado como si presintiera algo.
Pedrito: Malenita tenga cuidado. Por favor, déjeme llevarle, usted es muy bonita para andar así
tan tarde en el pueblo.
Malena: No te preocupes Pedrito, solo voy a recoger un libro y vuelvo. Gracias por preocuparte
por mí, tu siempre tan bello.
Llega a la casa parroquial, se baja del carro arreglándose el vestido que se le ha subido
mostrando su diminuta tanga roja. Camina hacia la casa parroquial y toca la puerta, parece que
no hay nadie, llama: “Padre Miguel, Padre Miguel, Padre vine a recibir mi libro, ¿está
despierto?.”
Nadie contesta, Malena va a la ventana y mira para adentro. No hay nadie en la sala. Ella toca la
ventana y grita: Padre Miguel!!!!!!!!!
Malena ve salir al Padre de un cuarto y ella camina hacia la puerta. El Padre Miguel abre la
puerta, tien el pelo un poco desordenado y esta vestido con pantalón de mezclilla y una playera
blanca.
Malena: Hola Padre Miguel, vine por el libro?
Padre Miguel: Pensé que no venias, pasa por favor, toma asiento, que te ofrezco de tomar?
Malena: Agua está bien.
Siempre lo había visto con ese collar de cura, nunca lo había visto vestido con ropa de hombre.
Realmente es guapo el Padre Miguel, como un Enrique Iglesias maduro. Hasta en la barba se le
parecía, nunca lo había visto sin afeitar, lo hacía más atractivo.
Malena esta ensimismada en sus pensamientos, cuando oye al Padre Miguel hablarle trayendo
una botella de vino y dos vasos.
Padre Miguel: Traje vino, pensé que después de todas las confesiones que me hiciste por lo
menos podías brindar una copa con este humilde sacerdote.
Malena: ¿Una copa? Está bien, porque no.
El Padre Miguel sirvió los dos vasos y le alcanzo uno a Malena:
Padre Miguel: Salud, por la relación más rara del mundo. Las confesiones sexuales entre un
sacerdote de carne y hueso y la feligrés más sensual que mis ojos jamás han visto.
El Padre Miguel toma el vaso de un solo trago y se sirve otro.

Malena: Salud. ¿Me puede dar el libro? Ya me quiero ir.
Padre Miguel: Esta bien, ven a mi oficina.
Me mostró su biblioteca y me dijo que escogiera cualquier libro. Me quedé viendo los libros y
sentí su aliento en mi cuello y un suspiro profundo saliendo de sus labios. Me hizo dar
escalofríos.
Padre Miguel: uhhnaahhhh. Ummmm. Cómo me gusta tu perfume. Estás preciosa con este
vestido.
Malena voltea y le ve a los ojos, esta seria, sorprendida, enojada. La mirada del Padre Miguel
está perdida en el busto de Malena: Le agarra de la pequeña cintura.
Padre Miguel: Pensé que te gustaba. Te acuerdas cuando me mostrabas tus piernas y senos, si
me gustaba, ahora te lo confieso yo, me excitaba mucho. ¿Podrías mostrarme tus senos
desnudos ahora?
Malena: Si es cierto que me gustaba cuando era una chiquilla, pero ahora soy una mujer
comprometida. Ya me voy.
Padre Miguel: Que lindas tetas tienes, las quiero ver..
Malena: Que le pasa? Se ha vuelto loco, Adiós Padre Miguel!!!!
Malena se dirige hacia la puerta, el padre Miguel la jala hacia él y le besa a la fuerza. Malena le
da una cachetada y parece que él ni la siente. La agarra de la cintura con un brazo y con el otro
abraza el cuello de Malena sosteniendo con la mano su hermoso rostro. La comenzó a besar a su
antojo y manosear el trasero. Los pequeños brazos de Malena están casi inmovilizados.
Malena quedo en shock, era como haber entrado a una pesadilla. Salió de su shock y se apartó
empujándolo y golpeándole el pecho, preguntándole que le pasaba, a lo cual el padre dijo: “Te
voy a coger para calmar tu sed de hombre.” El padre Miguel se veía inmenso a lado de Malena,
la levantó en sus brazos bloqueando los movimientos de Malena que solo podía jalarle el pelo a
medias. El Padre Miguel llevo a Malena a su cama como lo llevaría un novio a una novia a la
cama.
Malena: Desgraciado, suéltame, hijo de ramera, no quiero nada a la fuerza, a mí nadie me hace
lo que yo no quiero, suélteme!! Malditoooo!!.
El Padre Miguel, la tiró a la cama, Malena se levantó y le tiro un golpe, pero él le agarro la mano
y la volvió a tirar a la cama, Malena no dejaba de luchar, pero parecía que luchaba contra una
pared. El Padre Miguel, se montó encima en ella, dominándola, ella seguía luchando con todas
sus fuerzas, gritándole, maldiciéndole. El Padre Miguel, se lleva el dedo índice a la nariz.
Padre Miguel: Shsshh. No te quiero golpear, aquí el que manda soy yo y me vas a responder
como le respondes a Juan Manuel, lo entiendes. Zorra?.
Malena: No por favor, a la fuerza no, yo no quiero ahora, tengo miedo. Suéltame le he dicho
maldito!!!!
Malena lo golpeaba con sus pequeñas manos pero no le causaban dañó.
Padre Miguel: Esas son caricias para mi zorra, quiero que me forniques mejor que a el infeliz de
Juan Manuel, ja,ja, quisiera ver su cara cuando se entere que otro más hombre te metió su pene
más rico.
Malena: Déjeme ir por favor, no quiero si, se lo ruego Padre Miguel: Juan Manuel lo va a
matar!!!!
El padre Miguel suelta una carcajada
Padre Miguel: Ja, ja,je, je. Ese infeliz no supo hacer feliz a una hembra como yo te voy a hacer
gozar zorra!!.
Malena se suelta de una mano y le clava las uñas en el cuello y lo araña profundamente hasta sacarle
sangre, los ojos del sacerdote maligno se abrieron con rabia y le dio una bofetada en la cabeza. Malena

perdió el conocimiento por un momento. La mano del Padre Miguel era tan grande como la cabeza de
Malena:
Malena yace inconsciente y él le saca el vestido y se queda como en trance cuando la ve solo con el
brassiere y la tanga roja, es mucho para su lujuria. Se hecha al lado de Malena y le comienza a acariciar
las piernas, los senos, la barriga. Está loco de placer, es como si adorara todas las partes del cuerpo de
Malena: Le toca la nalga y se relame los labios.
Le trata de despojar de su brassiere y no puede, lo rompe con las dos manos, los senos de Malena salen
libres y el Padre Miguel abre los ojos y se deleita al verlos, los toca y estruja, después le saca su pequeña
tanga roja. El cuerpo desnudo de Malena parece una delicia para los ojos del degenerado cura. Se desnuda
sin dejar de observar a Malena:
Padre Miguel: Este es un bocado de Cardenal. Que vagina tan linda tienes zorrita
Está contemplando sus hermosos senos y sus ojos se fijan en la medalla con la imagen de la Virgen de
Guadalupe, pone una cara de disgusto, se la arranca y la tira al suelo.
Le abre las piernas y le comienza a preformar sexo oral, Malena vuelve en sí, el cura se para y
Malena lo ve desnudo. Su miembro está completamente erecto.
Malena: Que pasoo? Dios mío porque estamos desnudos? Que me ha hecho? Maldito
Los ojos del Padre Miguel parecen los ojos de un esquizofrénico. Malena se levanta y está por
correr hacia la puerta pero el Padre Miguel la agarra de los pelos y casi se los arranca por jalarla
de regreso a la cama. El cura se monta en ella y le abre las piernas. Malena solloza.
Malena: Así no por favor, a la fuerza no, no, se lo ruego a la fuerza no, por favooooorrr. No así.
El cura está tratando de penetrarla y Malena le muerde el brazo.
Padre Miguel: Ahyyy zorra perdida, yo te voy a enseñar lo que es un macho de verdad.
El cura le tira otra bofetada en otro lado de la cabeza, Malena queda inconsciente nuevamente.
El maléfico cura le abre las piernas y la penetra salvajemente.
Malena lanza un alarido y vuelve en sí, llorando.
Malena: No. Por favor, no Padre Miguel se lo suplico, me está haciendo dañó, no así. por
favooooorrr. No así. Por amor a Dios, no me haga esto, nooooo!!!!!
Malena quiere seguir peleando, pero el padre Miguel hace ademan de pegarla.
Malena: Ya no, ya no, no me pegue, no voy a hacer nada.
El Padre Miguel comienza a hundirle y sacarle el falo como si estuviera tratando de exorcizarla.
Padre Miguel: Llora de placer, goza como yo. Me gusta tu coño, ahoo, me gusta fornicarte
Malena, dime que cual pene te gusta más. Ahho ahhh, aas oohh, ese desdichado, no sabe tratar
a una mujer como tú. Tú eres una hembra que vuelve loco al que te vea. Pero solo yo te puedo
saciar esa sed de hombre que tienes. Goza, goza, Zorra, goza.
Lloré de impotencia y rabia, las fuerzas me estaban abandonando, me estaba desmayando. Mi
cabeza y estaba a punto de explotar, no aguantaría otro golpe. Ya no puse resistencia, solté
todos mis músculos y cerré mis ojos, oídos y mente. , no quería pensar en mi agresor.
Me relajeé y pensé en la única luz de mi vida en ese instante: Juan Manuel.
Abrí mis ojos por un segundo y vi mi anillo de compromiso brillar en el peor momento de mi
vida.
Con mi mente le pedía perdón, por lo que había causado: “Perdón mi amor, te amo más que a
mí misma”.
El Padre Miguel continúa penetrándola y gozándola, la penetraba con tanta fuerza que hacia crujir la
vieja cama. Malena parece dormida ya dejó de sollozar y parecía tranquila.

Pensar en Juan Manuel sublimizaba mi dolor. Caí poco a poco en un letargo y comencé a sentir
un escozor en mi vagina. El dolor se convirtió en placer y comencé a jadear. Mi mente, mi
cuerpo, mi alma le estaba haciendo el amor a Juan Manuel.
El escozor se convirtió en un placer enloquecedor y comencé a gemir de gozo, levanté mis
piernas para sentir mejor su pene.
Padre Miguel: Quien es tu macho ahora dímelo zorra, dime, habla
Di, si no dejo de fornicarte.
Malena: Tu mi amor. Sigue cogiéndome, te amo
Padre Miguel: Me gusta que me digas mi amor, sabía que te iba a gustar.
Malena: ahhh oooooahhhhhhhmasmas quiero más
El ministro de Dios, maniático, pervertido, sintió euforia de ver que ella también estaba
gozando del sexo. La penetraba una y otra vez, relamiéndose los labios.
Padre Miguel: Te gusta mi falo?..... Contesta Zorra. ¿Te gusta cómo te fornico?
Malena: Si, si, me gusta, mucho, demasiado, quiero más por favor deme más.
Malena, agarro las nalgas del Padre Miguel y lo jalo hacia ella, el Padre Miguel la penetraba
mejor.
Malena: Mi amor, me vengo,, gracias mi vida, me gusta como me cojess…aaaaahhahhhhh
Malena llego al clímax primero y a pocos segundos el Padre Miguel hizo lo mismo, gritando de
placer, jadeando. El ministro de Dios estaba convertido en un semental.
Luego de terminar los dos permanecieron echados por un tiempo en un silencio estremecedor.
Padre Miguel: Estas bien, ¿Le contaras esto a alguien?
Malena: No se preocupe, no se lo diré nada a nadie. Me hizo venir pero mi cabeza esta por
estallar. Me iré del pueblo y nunca me volverá a ver.
Malena se puso el maltrecho vestido y su calzón. Su brassiere estaba inusable, lo dejó encima de
la cama. Busco sus zapatos y encontró la medalla de la virgen en el suelo. La agarro y se marchó
en silencio. Subió a la camioneta, manejó de regreso a la hacienda, sollozó en todo el camino.

Sus ojos mostraban ira, su bello rostro parecía el de una muñeca de terror.
Reviewed by Anónimo on agosto 22, 2016 Rating: 5

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