Malena, una mujer de fuego - Capítulo 8
Si aún no has leído ningún capítulo, ponte al día con los siguientes enlaces: Malena una mujer de fuego - CAPÍTULO II, Malena una mujer de fuego - Capítulo I, y el CAPÍTULO 3
CAPÍTULO VIII
Mi Primera Vez
Faltaban
3 semanas para irme a Estados Unidos y quise poner atrás todo este juego
erótico y
peligroso.
Estaba
en la hacienda y llego el sacristán de la Iglesia con una nota del Padre Miguel:
“Malena,
ven a verme, necesito decirte algo importante.”
No
quería ir, pero me moría de curiosidad por lo que me tendría que decir. Me
preguntaba a mí
misma
¿Qué hago?????????????
Mi
mente y corazón me decía que no vaya, pero me intrigaba su nota, la leía una y
otra vez. Me
sentía
inquieta, no pude más y decidí ir a verlo. Entré a la iglesia y el estaba
sentado en una
banca,
parecía que me estaba esperando.
Padre Miguel: Viniste, siéntate.
Malena: Que me quiere decir?
Padre Miguel: Quiero saber el resto de tu historia?
Malena: Le dije que no le iba a contar.
Padre Miguel: HAZLO!!!
Su
tono de voz era fuerte y me sentí sumisa antes sus palabras, me senté a su
lado.
Malena: Me da vergüenza contarle, que quiere saber
Padre Migue: Quiero que
me cuentes si tuviste un orgasmo.
Malena: Si lo tuve. Conocí a un hombre y me enamoré de el: Se llama Juan
Manuel.
Padre Miguel: Cuéntame, como era el tal Juan Manuel.
Malena: Conocí a Juan Manuel en una fiesta y me gusto desde que lo vi,
le sonreí, me saco a
bailar
y me pidió salir a comer al día siguiente, le acepte de inmediato.
Padre Miguel: Sigues siendo fácil y coqueta.
Malena: Déjeme contarle!! Salimos tres veces y me pidió ser su novia, lo
besé con pasión.
Juan
Manuel no es como ningún hombre que conocí. Él es tierno, amoroso, me trata
como si yo
fuera
la mujer más importante del mundo. Si ve que me gusta algo, me lo trae al día
siguiente.
Me
dice que soy hermosa a cada instante, me hacía sentir tan lindo que ni me
acordaba del sexo.
Padre Miguel: ¿No hubo sexo? Con una mujer con estas piernas y estos pechos.
Ese desdichado
es
un homosexual .
Malena: Déjeme contarle, por Dios santo!!
Padre Miguel: Continua
Malena: Era nuestro primer mes de aniversario, comenzamos el 14 de Enero
y el 14 de febrero
día
de los enamorados, me mando un enorme ramo de flores, chocolates y un regalo a
mi cuarto
en
la universidad. Todas mis amigas del piso susurraban por mi felicidad.
Éramos
novios por un mes y no habíamos tenido sexo, solo besos y abrazos yo quería
todo pero
él
solo me acariciaba, yo disimuladamente le ofrecía todo, como sentarme encima de
el con una
minifalda
diminuta y sentir su erección. Le gustaba, lo podía ver en sus ojos, pero no
continuaba.
Es tan guapo y tan bueno que me hacía sentirme su mujer sin siquiera haberme
tocado.
Padre Miguel: Que raro hombre!!
Malena: Me regaló una blusa con brillos plateados, zapatos del mismo
color y minifalda negra
pegada
al cuerpo, me veía preciosa y él se sentía orgulloso de lo que causaba en los
hombres
donde
quiera que íbamos esa noche. En la cena me dijo que nunca había sentido lo que
sentía
por
mi y que quería que sea su mujer esa noche. Yo le dije que ya era suya desde la
primera vez
que
me vio. No tenía que pedirme permiso, para hacer conmigo lo que quisiera. Me
besó
apasionadamente
en agradecimiento.
Padre Miguel: Melodramático y mentiroso!! Te está agarrando de tonta.
Malena: Que le pasa, a mí nadie me agarra de tonta, ¿Quiere escuchar o
me voy?
Padre Miguel: Tu no me quieres escuchar, está bien, continua.
Malena: Terminamos de comer y me llevo a un hotel bonito, nuestro cuarto
tenia balcón al mar.
El
balcón estaba abierto, estábamos parados abrazados y podíamos sentir la brisa y
escuchar las
olas.
Nuestros
cuerpos nuestras mentes, nuestras almas estaban juntas, se pertenecían. Solo
éramos
Él
y yo. Nada más en el mundo importaba.
Lo
jale hacia mí para sentir el calor de su cuerpo, le bese en la boca y en la
oreja y se estremeció,
lo
bese en toda la cara, en sus ojos, mis manos atadas alrededor de su cuello,
raspándole con mi
barriga
su miembro erecto.
Nos
besamos una y otra vez, nuestras lenguas se deseaban igual o más que nosotros.
Sus manos
me
tocaban todo el cuerpo y yo me estremecía cada vez que tocaba los senos o las
nalgas. Sus
dedos
me desabotonan mi blusa y exponen mis pequeños hombros y mis senos grandes,
soportado
por mi brassiere color purpura que con las justas soportan el peso de mis
senos. El
me
las acaricia, me besa en el cuello y baja a mis senos. Muevo mi cabeza para los
dos lados en
un
estado de frenesí.
Le
quité su camisa y le bese el cuello. El trata de desabotonarme el brassiere
pero no puede, yo
me
lo desabotono y le revelo por primera vez mis dos perfectos formados pechos, él
se queda
embelesado
mirándolos. Me acaricia las tetas, me las besa, su lengua se mueve
delicadamente
alrededor
de mis pezones, mientras yo juego con su pelo. Me pegue a él para sentir el
calor de
su
pecho en mis senos.
Parecía
que con cada beso nos estábamos alimentando el uno al otro. Los dos estábamos
en
estado
de éxtasis.
Juan
Manuel metió su mano debajo de la falda y me acaricio las nalgas, se agachó y
me bajo mi
calzón
purpura, sus dedos calientes me quemaban la piel. Me da un beso en mi vagina
que casi
hace
que me desmaye de excitación, siento líquido que sale de mi vagina y corre por
mis
muslos.
Se
levanta, se desabrocha el pantalón y queda desnudo. Me acosté en la cama y lo
jale encima de
mí,
me arremangué la falda, encogí mis piernas y levante mis caderas, me mordía los
labios de
impaciencia,
de deseo vehemente, de frenesí, de lujuria.
Me
paso su pene por mi vulva y casi estallo de placer y deseos por ser amada.
Malena: Hazlo Juan Manuel mi amor, hazlo………por favor.
Me
colocó su falo y me lo introdujo despacito, poco a poco hasta el fondo, yo me
volví loca de
placer,
era la cosa más rica que jamás había sentido, mis ojos estaban abiertos pero no
veía nada.
Gemí,
gruñí, llore de placer, mientras el me hundía su pene una y otra vez. Me sentía
su mujer y
dueña
de su pene. Recibía cada una de sus embestidas moviéndome hacia adelante,
recibía su
falo
con excitación, con amor.
Juan
Manuel: Te gusta mi reina, mi amor……ah.. la mujer más linda del mundo.
Malena: Si me gusta, Sigue, asi, asi papacito no pares mi amor. Te amo…
Te amooo.. que rico
me
coges, gracias….gracias, cógeme masss, me gusta, que rico aahhhaaaaaaaa.
Juan
Manuel: Que linda eres, yo también te amo, te amooooo. Aahhh, aahhh, oohhh. Que
linda
cosita
que se come mi verga, me gusta cuando me lo aprietas, que ricooooo,
aaaahhhhhaggg.
Me
cambio de posición a perrito y me hizo aullar de placer, el parecía que gruñía
como un lobo
con
una verga grande. Yo sacaba las nalgas todo lo que podía para hacer más rica su
metida. Me
sentía
como una loba en celo a la merced del miembro de mi macho, que rico me cogía,
metí por
debajo
mi mano y le acaricie los testículos.
Juan
Manuel: Me matas, mamacita, mi amor, aaahahhhhhgggg
Después
yo me subí encima de el. Me senté completamente en su miembro y sentí que
invadía
todo
mi cuerpo, me tenía enchufada, clavada a él, yo era su muñeca, él era mi dueño.
Malena: Que rico mi amor, que rica verga tienes. Aayayyyaaaahgg, ay que
rico, papacito rico,
soy
tuya para siempreeeee……ahhhay amor te amo, teamooo……..
Yo
me contorneaba encontrando con su pene sensaciones que no sabía existían en mi
clítoris.
No
quiero repetir todo lo que grite y dije en esos momentos donde me sentía la
mujer más
ardiente
del planeta. Cabalgue en el hasta cansarme de placer.
Nuestros
cuerpos se sometieron y fundieron en uno solo. Juan Manuel me llevó al mejor
viaje
de
mi vida, con orgasmos en cada posición que me tuvo. Juan Manuel es un experto
amante con
un
miembro hermoso. Hice el Amor por primera vez en mi vida. Pienso que lo amo más
que a
nada
en el mundo.
Padre Miguel: Acuérdate que una Zorra no puede amar a nadie.
Malena: No le entiendo padre.
Padre Miguel: Ven mañana y termina con la farsa de Juan Manuel, no creo que
vaya a más ese
loco
amor platónico.
Malena: Lo que viví con Juan Manuel, es lo que quisiera cualquier mujer.
Padre Miguel: Bahh………
Padre Miguel: Eres el demonio en cuerpo de mujer. Tapate las piernas…………la
siguiente vez
no vengas con ese
escote.
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