Header AD

Malena, una mujer de fuego - CAPÍTULO V


Pasaron dos días, sentía ganas de confesarme y desahogarme, me dirigí a la iglesia. No había
nadie en la iglesia solo el Padre Miguel y yo. El confesionario estaba siendo arreglado. Nos
sentamos en una banca de la Iglesia, él pretendía que cerraba los ojos, pero yo podía notar que
no dejaba de verme las piernas.
Padre Miguel: Te escucho
Malena: La segunda vez que tuve sexo con Carlos Andrés, fui a su apartamento vestida con un
vestido apretado que mostraba mi trasero en todo su esplendor. Mis turgentes senos se veían
provocativamente por el escote del vestido. Él estaba tomando un trago en la sala, me senté a su
lado, nos besamos y sentí su aliento alcohólico. Inmediatamente, comenzó a manosear cada
parte de mi cuerpo mientras nos besamos con las bocas abiertas. Yo le baje el cierre de su
bragueta y metí mi mano debajo de su bóxer. Lo apretaba con mi mano mientras él me tocaba lo
más íntimo mío, me besaba en la boca metiéndome su lengua todo lo que podía. Ya no me
importaba su aliento, mi excitación era más fuerte. Le pedí que fuéramos a la cama, caminamos
hacia la alcoba, no parábamos de besarnos y acariciarnos. Me bajo el cierre y mi vestido cayó al suelo. Debajo tenía un bikini de seda diminuto. El bikini color rosado resaltaba todo mi
voluptuoso cuerpo.
Malena: Te gusta papacito?
Carlos Andrés: Que buena estas, Mamacita, que rico hueles. Que tetas tan lindas. Esta noche te
voy a dar una cogida que nunca vas a olvidar.
Me dio una nalgada y me dijo que me metiera a la cama. En toda mi vida fui tratada con
delicadeza, me gustaba que me trataran con suavidad, que me acaricien el cuerpo no que me
estrujen los senos o me den nalgadas fuertes. Hacer el amor no solo es sexo es también sentirse
acariciada, amada, tratada como a una reina mientras te hace suya, pero ya no me importaba,
quería tener eso dentro mío de nuevo. Quería sexo.
Fui al baño a orinar antes de meterme a la cama. Vi su sesta de ropa sucia, por curiosa abrí la
sesta y encontré un calzón. Me puse roja de celos y Salí a reclamarle llorando. Él se había sacado
la ropa y estaba con el miembro erecto.
Malena: Que es esto con quien vives aquí, perro desgraciado.
Carlos Andrés: Cálmate, cálmate, es de una prima que a veces pasa la noche aquí.
Malena: Mentiroso, desgraciado, vete a la mierda.
Me puse mi vestido sollozando y suspirando, agarre mi cartera y furiosa le pegue en el hombro,
le iba a pegar de nuevo pero me detuvo con una mano, me jalo hacia él y me beso a la fuerza.
Traté de resistirme, pero me arranco el vestido, me jalo hacia el con una mano en mi cintura y la
otra en una nalga, me metió toda su lengua en mi boca, yo estaba furiosa, lo empuje y me dirigí
a la puerta, pero me jalo hacia él me agarro los senos por detrás y me besaba en el cuello. La tela
de mi calzón de seda era delgada, sentí su miembro erecto detrás de mí y ya no puse resistencia.
Conscientemente yo estaba enfadada y lo estaba odiando, pero mis nalgas comenzaron a
acariciar sensualmente su miembro. Me dio vergüenza conmigo misma por ser tan fácil, pero mi
calentura era mayor, Carlos Andrés se agarró el miembro como mostrando un trofeo y me hizo
tocarlo con mi mano. Lo apreté y estaba durísima. Me sentí una puta muerta de ganas de tener
sexo. Metió su mano a mi vagina, me sintió mojada y comenzó a jugar conmigo.
Carlos Andrés: Ya no te gusta mi verga, no quieres que te la meta, todavía te quieres ir?
Malena: ……..Si…si quiero que me la metas, no me quiero ir.
Sabía que era una tonta, estúpida, pero me deje convencer con su miembro. Me quite el calzón y
brassiere y lo empuje a la cama. El me miraba mordiéndose los labios y agarrándose el falo
desnudo.
Carlos Andrés: Mamacita que cuerpo tienes, tus tetas y tu culo me hacen doler la verga de lo
parada que lo ponen.
Me arrodille hacia él y se lo acaricie con mis dos manos, lo metí en mi boca antes que
reaccionara y se lo comencé a chupar, Me llenaba la boca, el no dijo nada solo daba gemidos de
placer. Su miembro parecía que estaba más duro que antes, sentía placer en chupársela.
Comencé a chorrear por mis muslos. Me senté en él, le agarre el miembro y me lo metí, poco a
poco hasta estar sentada completamente encima de él. Me mordí los labios, cerré los ojos y vi las
estrellas. Comencé a cabalgarlo como a un potro. Mis senos golpeaban su pecho cada vez que
me movía como una loca ardiente. Sentí que era yo la que lo estaba cogiendo a él. Le metía mi
lengua a su boca y eso lo excitaba más. Yo estaba por ver el cielo cuando el comenzó a jadear
muy fuerte.
- Carlos Andres – Ahhhhhhhhhhhh, me vengo, me vengo. aaaaahhhhhh
- Malena – Todavia no por favor, aguánta un poquito más, por favor…por favor, ...quiero más…
quiero masss, por favor. Nooooooooo
Carlos Andrés me hizo a un lado cerro los ojos y comenzó a dormitar, estaba borracho. Mi
clítoris estaba palpitando una vez más. Me pegue a su cuerpo, abrí mis piernas y toque su
rodilla con mi vagina, mientras le acariciaba el miembro y los testículos.
Carlos Andrés: Vieja golosa, no te cansas de verga.
Malena: Tengo ganas, no acabe, por favor déjame masturbarme con tu rodilla.
No dijo nada, yo comencé a frotarme contra su rodilla, hasta tener un orgasmo.
Padre Miguel: Que bajo has caído
Malena: Estaba loca por tener un orgasmo, hable con una psicóloga de la Universidad y me dijo
que ese era mi derecho, que si yo quería tener un orgasmo lo debería tener.
Padre Miguel: Científicos no saben lo que dicen. ¿Por fin te dio un orgasmo, ese hombre?
Malena: Me tengo que ir, me siento incomoda necesito ir al baño.

Padre Miguel: Estas haciendo que me impaciente, ven mañana más temprano.

Reviewed by Anónimo on agosto 04, 2016 Rating: 5

No hay comentarios.